ODA AL HONDA
Ay, Hondita de mi vida
Ay, Hondita de mi amor
te me vas el veintiocho
que no se apague el motor.
Yo no quiero que te apagues,
ni que pinches tus gomitas
para que el que a ti te compre
no piense que eres malita.
Gracias Hondita del alma
por llevarme a Macoris
a Santiago, a La Romana,
a Puerto Plata y Bani.
Nunca olvidaré mi Hondita
las veces que te choque
pero por favor recuerda,
que también te reparé,
Me gustaba verte limpia
con gasolina y aceite
aunque me duela en el alma
ya jamás podré yo verte.
Quizás un día mi Hondita
en una calle te vea
y te miraré con pena
sucia, abandonada y fea.
Gricapa
Febrero 2000